Mis actualizaciones en este blog empiezan a ser como el paso del cometa Halley. Pero no pasa nada, lo importante es que siga habiéndolas.
Estos últimos meses han pasado miles de cosas, todas muy buenas, así que no puedo quejarme de como se desarrolla mi vida en Lisboa. He estado un poco atascada con el deporte al principio porque la logística para correr era complicada. Afortunadamente hace un mes me he mudado a un apartamento (para mi sola!) y todo ha cambiado bastante.
Estoy trabajando muchísimo y tengo mil proyectos (como siempre...) que se llevan la gran parte de mi tiempo, por lo que el único momento que tengo para correr es por las mañanas.
Cuando hace frío y uno está en la camita junto a la estufa, pensar en salir al inhóspito mundo exterior es una auténtica locura. Por esto os voy a contar mi proceso mental para conseguir hacerlo.
En mi caso tengo que despertarme a las seis y media de la mañana. Podría hacerlo más tarde, pero esto permite que me pueda tomar todo con un poquito de calma. Nada más sonar el despertador salto de la cama sin pensar. En cuanto te giras sobre ti mismo para esos "cinco minutitos más", estás perdido.
Me lavo los dientes (si...yo soy un poco así) y sonrío al espejo. Después, mientras voy por casa poniéndome la ropa de deporte, sigo sonriendo. Esto es muy importante porque así uno engaña al cerebro que piensa que lo que estás haciendo mola mogollón. Así, sin mirar atrás, cojo el móvil para ir escuchando música y cierro la puerta tras de mi.
Una vez en la calle, todo cambia.
Descubres que ese mundo frío y cruel que imaginabas cuando estabas en la cama, es en realidad luminoso y fresco. Empiezas a correr y entonces ya todo va solo. Ni un sólo pensamiento de volver a casa se te cruza por la mente. El cuerpo va solo, siempre hacia delante. Lo más difícil ya está hecho.
Y como (casi) todo gran esfuerzo en esta vida, tiene una recompensa. En mi caso, viviendo en Lisboa, está muy clara.
Cruzar corriendo a todo lo que den mis piernas el arco de la plaza del comercio. Atravesarla cantando la canción en voz alta. Contemplar un amanecer como el de la fotografía mientras, un día más, hago las paces con el Tajo. Respirar profundo el viento del atlántico y tomar fuerzas para el camino de vuelta.
Esta semana es muy especial. El domingo es la media maratón de Lisboa y varios de mis amigos de Asturias vienen para correrla conmigo. No estoy preparada, pero da igual, lo importante es intentarlo. Es la media maratón más rápida de la tierra (el récord mundial se batió aqui) y tiene la peculiaridad de ser sobre el famoso puente del 25 de abril. Una carrera con agua a ambos lados.
Esta semana también, es la semana en la que volver a escuchar esta canción :-).
http://www.youtube.com/watch?v=EVZ-nwWW9aQ
A por todas!