Además de todas las ventajas de las que he hablado en el post anterior, hay otras muchas cosas positivas cuando se lleva una vida sana. La mayor de todas es saltársela. Porque cuando tienes vía libre para pecar parece que las cosas no dan tanta satisfacción, así que cuando un día te permites un exceso todo sabe mejor. Yo la verdad es que soy especialista en el pecado (que bien suena la frase). Hoy he batido mi récord de velocidad corriendo y al llegar a casa he tomado una sana rodaja de salmón. Luego he salido con dos amigas y hemos acabado contra todo pronóstico en un restaurante gallego, bebiendo Ribeiro y "picando" algo. Y es que, como alguien muy sabio me solía decir: vale más cenar dos veces que dar explicaciones.
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El sano y austero salmón. |
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¡Por los pecados! |
¡Guapísima y sanísima!
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